Australopithecus afarensis

Australopithecus afarensis es una especie extinta de homínidos que vivió aproximadamente entre 3.9 y 2.9 millones de años atrás en África Oriental. Es conocido principalmente por el famoso fósil apodado «Lucy» y es uno de los ancestros más tempranos conocidos con características bipedales claras.

Descubrimiento

El descubrimiento más significativo de Australopithecus afarensis fue realizado en 1974, cuando un equipo de investigadores dirigido por Donald Johanson encontró aproximadamente el 40% del esqueleto de un individuo en Hadar, Etiopía. Este esqueleto fue apodado «Lucy» en referencia a la canción «Lucy in the Sky with Diamonds» de The Beatles, que estaba siendo reproducida en el campamento durante la expedición. Este hallazgo fue crucial porque ofreció evidencia contundente del bipedismo en ancestros tempranos de los humanos, lo que implicaba importantes adaptaciones de locomoción terrestre.

Posteriormente, en 1978, se descubrieron las huellas fósiles de Laetoli en Tanzania por Mary Leakey y su equipo, proporcionando otra evidencia directa de la bipedalidad, mostrando el patrón de caminata de estos homínidos. Estos descubrimientos han sido fundamentales para entender la evolución temprana de los homínidos y su locomoción bípeda.

Cronología

El Australopithecus afarensis vivió durante el Plioceno, su existencia abarca un período aproximado entre 3.9 y 2.9 millones de años atrás. Esta cronología se basa en datos de datación geológica y radiométrica de los sedimentos y materiales volcánicos asociados con los fósiles encontrados en África oriental, específicamente en sitios como Hadar en Etiopía y Laetoli en Tanzania.

Durante este periodo de tiempo, el Australopithecus afarensis evolucionó y se adaptó a diversos entornos ecológicos del este africano, lo que refleja cambios significativos en su morfología y comportamiento. Esto lo convierte en una especie clave para estudiar la transición hacia patrones de movimiento bípedo más eficientes y las primeras formas de vida social y de uso de herramientas entre homínidos.

Características físicas

El Australopithecus afarensis presenta características físicas que reflejan un claro diseño adaptable tanto para la bipedalidad como para algunas actividades arbóreas.

  • Se estima que los adultos tenían una altura de aproximadamente 1.1 a 1.5 metros y pesaban entre 29 y 45 kilogramos. Había un dimorfismo sexual notable, con los machos generalmente más grandes y robustos que las hembras.
  • Caminaba sobre dos piernas cuando estaba en el suideo, como se evidencia en las huellas de Laetoli y la estructura de sus huesos. Sin embargo, sus características sugieren que no eran completamente adaptados al bipedismo eficiente de los humanos modernos. Tenían una pelvis más corta y más ancha que los humanos modernos, y una columna vertebral con una curvatura menos pronunciada.
  • Poseían un cráneo pequeño con una capacidad craneana de aproximadamente 380 a 430 centímetros cúbicos, similar a la de otros grandes simios actuales, pero su morfología indicaba ya algunas adaptaciones relacionadas con la bipedalidad. El rostro era pronunciado y presentaba una cresta supraorbital marcada.
  • Los dientes eran más grandes que los de los humanos modernos, especialmente los premolares y los molares, que estaban adaptados para una dieta de alimentos duros o fibrosos. La mandíbula era robusta, y el arco dental era parabólico, una característica más cercana a los humanos que a los simios.
  • Aunque era capaz de caminar sobre dos piernas, sus brazos largos y dedos curvos indican que también pasaban tiempo en los árboles. Sus manos y pies muestran adaptaciones tanto para la locomoción arbórea como terrestre.

Estas características indican un homínido adaptado a un modo de vida mixto, con habilidades tanto para movimientos bípedos como para trepar árboles, aspecto que sería crucial para su supervivencia en variados entornos de la África del Plioceno.

Herramientas

Hasta la fecha, no hay evidencia concluyente de que Australopithecus afarensis utilizara herramientas de manera sistemática o fabricara herramientas de piedra. Los hallazgos arqueológicos relacionados con el uso de herramientas datan de un período posterior, asociado generalmente con especies como Homo habilis, quien es conocido por su asociación con la cultura Olduvaiense y el uso de herramientas de piedra, que comienza aproximadamente hace 2.6 millones de años.

Sin embargo, algunos estudiosos han especulado que Australopithecus afarensis podría haber usado objetos simples, como piedras y palos, de manera oportunistica para ciertas actividades como romper nueces o defenderse. Esta es una posibilidad dada la capacidad física de la especie y los comportamientos observados en otros primates no humanos. Pero en ausencia de evidencia directa de artefactos manufacturados, estas suposiciones permanecen en el ámbito de la especulación.

El descubrimiento en 2010 de marcas de corte en huesos de animales datados en 3.4 millones de años en Dikika, Etiopía, ha sugerido la posibilidad de que homínidos como Australopithecus afarensis pudieran haber utilizado herramientas simples para la carnicería de animales. Sin embargo, aún no hay consenso en la comunidad científica sobre qué hominino realizó estas marcas y si dichas actividades reflejan un comportamiento habitual o incidental.

Alimentación

El Australopithecus afarensis tenía una dieta bastante variada, adaptada a los recursos disponibles en su hábitat de sabanas y bosques en África oriental.

La estructura de sus molares grandes y fuertes sugiere que consumían una cantidad considerable de frutas y semillas, que requieren de masticación intensiva. Los dientes robustos y la mandíbula fuerte indican la capacidad de procesar vegetación fibrosa como hojas y tallos, que podrían haber sido una importante fuente de alimentos, especialmente en épocas de escasez de frutas. El hecho de que podrían haber utilizado palos y piedras para cavar sugiere que también podrían haber consumido raíces y tubérculos que requieren ser desenterrados.

Aunque predominaba el consumo de plantas, no se descarta la posibilidad de que consumieran proteínas animales en forma de insectos, huevos y pequeños vertebrados, aprovechando oportunidades alimenticias según la disponibilidad. Las marcas en huesos encontradas en Dikika sugieren que podrían haber tenido acceso ocasional a carrona, utilizando herramientas rudimentarias para acceder a la carne y médula ósea. Sin embargo, es importante mencionar que su participación en la carnicería aún es objeto de debate entre los científicos.

Hábitat

Australopithecus afarensis habitaba en África Oriental, especialmente en lo que ahora son Etiopía, Tanzania y posiblemente en áreas circundantes. Esta región, durante el Plioceno, presentaba un mosaico de paisajes que incluía una mezcla de sabanas, praderas y áreas forestales. El hábitat variado ofrecía recursos diversos pero también imponía desafíos considerables que influirían en la evolución de habilidades como la bipedalidad.

  • Las áreas de sabana, con pastos bajos y dispersos y árboles esporádicos, serían comunes. Estos espacios abiertos les permitían moverse eficazmente sobre dos piernas, maximizando la eficiencia energética sobre largas distancias y ayudándolos a mantenerse alerta ante posibles depredadores.
  • También había franjas de bosque denso y áreas arboladas, que proporcionaban no solo una fuente importante de alimentos, como frutas y hojas, sino también un refugio contra los depredadores y las inclemencias del tiempo. Las adaptaciones tanto para la locomoción terrestre como arbórea sugieren que podría explotar ambos nichos.
  • Cuerpos de agua como ríos y lagos, chaquetas ocasionalmente encontradas en los sitios fósiles, indicaban la disponibilidad de agua dulce pero también un lugar propenso a encontrar una gama más amplia de alimentos, como peces y anfibios, aunque no hay evidencia directa de que consumiera estos recursos.

La variación en el paisaje de su hábitat muy probablemente jugó un rol crucial en el desarrollo de características como el bipedismo completo que facilitó la eficacia al moverse entre recursos dispersos y al evitar predadores en estos entornos abiertos. La disponibilidad variable de alimentos podría haber fomentado una dieta omnívora y oportunista, capaz de adaptarse a diferentes entornos y estaciones.

Este mosaico de hábitats, común durante el Plioceno en África oriental, fue fundamental no sólo para la supervivencia de Australopithecus afarensis sino también para la evolución de muchos otros aspectos de su morfología y comportamiento.

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