La monarquía romana fue la primera forma de gobierno establecida en esta ciudad. Este periodo comienza en el año 753 a.C y acaba en el año 509 a.C.
Reyes de la monarquía romana
- Rómulo
- Numa Pompilio
- Tulio Hostilio
- Anco Marcio
- Tarquinio el Antiguo
- Servio Tulio
- Tarquinio el Soberbio
Organización social de la monarquía romana
La sociedad romana estaba dividida en cinco clases sociales:
- Patricios: eran los descendientes de Rómulo y de las familias que habían fundado Roma. Tenían plenos derechos políticos y podían ocupar cargos públicos.
- Plebeyos: extranjeros que se asentaron en Roma. No se les consideraba como auténticos ciudadanos, por eso no podían acceder a la política ni contraer matrimonio con un patricio.
- Clientes: personas que debido a su extrema condición de pobreza solicitaban estar al amparo de un patricio. Este le ofrecía techo y comida, y él debía ayudar a su patrón.
- Libertos: antiguos esclavos que compraron su libertad o la obtuvieron de algún otro modo, como destacar positivamente en una guerra. Tenían menos derechos que los plebeyos.
- Esclavos: eran propiedad del Estado o de un patricio. Tenían una condición similar a la de un objeto. Tenían que obedecer a su amo en todo momento. Los prisioneros de guerra se convertían automáticamente en esclavos. Además, los hijos de los esclavos también eran esclavos y pertenecían al mismo amo que sus progenitores.
En los inicios de la sociedad romana tenía una gran importancia la familia, cuya máxima autoridad era el padre de familia. El pater familias tenía las funciones de juez, e incluso, de sacerdote. Las mujeres se dedicaban a las tareas del hogar y tenían pocas libertades. Los hijos, aunque contrajeran matrimonio seguían bajo la autoridad del padre, hasta que este muriese. Es curioso cómo la familia no se restringe únicamente a sus miembros naturales, ya que también incluya a los esclavos y clientes que estén a su servicio.
Un grupo de familias que comparten un antepasado común forman una gens. A su vez diez gens conformaban una curia. Y al conjunto de diez curias se le llamaba tribu. Las 3 primeras tribus que hubo durante la monarquía romana fueron:
- Ramnes, que deriva de Rómulo y estaba formada por los latinos.
- Ticienses, que proviene de Tito Tacio e incluía a todos los sabinos
- Luceres, formada por los etruscos
Esta forma de organizarse permitía a los patricios conocer rápidamente el origen de los antepasados de una persona, algo a lo que le daban una gran importancia.
Organización política de la monarquía romana
En la monarquía de Roma se distinguían tres importantes instituciones políticas:
- El rey: su cargo era vitalicio pero no hereditario. A su muerte, el pueblo era el encargado de elegir un patricio como nuevo monarca. Contaba con los poderes ejecutivo, judicial, militar y religioso.
- El Senado: estaba formado por 300 miembros, 100 por cada tribu. Estos miembros eran elegidos por el rey y tenían un carácter vitalicio. Se encargaban de aconsejar al rey, aunque no podían obligarle a tomar ninguna decisión. En cambio, sí tenían una gran capacidad de decisión a la hora de comenzar una guerra, pues el rey solo podía organizar nuevas campañas militares si contaba con el voto favorable del Senado. Además elegía a los nuevos candidatos al trono cuando un rey moría. En ese periodo conocido como interregno, que solía durar un año, un senador diferente mandaba en Roma cada cinco días hasta que llegara el siguiente monarca.
- Los Comicios curiados: se reunían cuando el rey los convocaba. Congregaba a 100 personas de cada curia, es decir, en total 3000 hombres, que debían aprobar o rechazar solamente aquellas leyes que el rey proponía a voto. También se encargaban de dar el visto bueno a los candidatos que proponía el Senado tras la muerte del rey.
Economía en la monarquía romana
La economía se basaba en la explotación de la agricultura y la ganadería. Las tierras pertenecían a las gens, destacaba el cultivo del trigo, esencial en su dieta. Las tierras que conquistaban en guerras contra los pueblos vecinos se distribuían entre los patricios. El gran pasto que ofrecía su situación geográfica lo utlizaban para criar ganado vacuno y ovino. Por otro lado, el comercio aún era muy primitivo y quedaba en manos de los más ricos, que comerciaban con ganado e, incluso, con esclavos.
La religión en la monarquía romana
Desde muy temprano, se creía en una religión politeísta en la que el sumo sacerdote era el pater familias de cada casa. En cada hogar ardía continuamente una llama que verenaba a los espíritus de los antepasados y a los espíritus protectores de la casa. La diosa del hogar, Vesta, recibía un culto especial, pues se fundó una orden de sacerdotisas que cuidaban de que no se apagara la llama sagrada en su honor. Estas sacerdotisas, llamadas vestales, debían ser vírgenes, en caso contrario, se les enterraba vivas.
El culto a los dioses se puede distinguir en tres ámbitos: sacra familiara o culto doméstico, el que realizaba cada familia en su casa, sacra popularia o culto popular, eran fiestas dedicadas a los dioses, especialmente los que tenían relación con la agricultura, y sacra publica, ritos o festividades en las que participaba toda la ciudad.
Caída de la monarquía romana. La muerte de Lucrecia
Durante el reinado de Tarquinio el Soberbio, el ejército se encontraba sitiando una ciudad. Sexto Tarquinio y Lucio Tarquinio Colatino apostaron sobre las virtudes de sus mujeres. Se presentaron en Roma de improviso y encontraron a la mujer de Sexto divirtiéndose en un banquete y a la de Colatino tejiendo esperando a su marido. Sexto era de mal perder y vio la belleza de Lucrecia. Un día que no estaba Colatino se presentó en casa Lucrecia y como no pudo seducirla la forzó.
Al día siguiente Lucrecia llamó a su padre, su marido y su primo Lucio Junio Bruto. Les contó lo ocurrido y tras decir que se absolvía del pecado pero no del castigo, se mató. Ante la deshonra cometida, los 3 allí presentes juraron venganza contra la familia del rey. Aprovechando que Tarquinio se encontraba fuera de Roma junto con el ejército, le cerraron las puertas de Roma. Nombraron dos cónsules, sobre los cuales recaería el gobierno de la ciudad. De esta forma nace la República Romana. Tarquinio intentó varias veces volver al trono, ayudado de poblaciones vecinas, pero nunca lo consiguió.