El neandertal (Homo neanderthalensis) es una especie extinta de homínido que vivió en Europa y partes de Asia occidental hace entre 400,000 y 40,000 años, conocida por su robusta constitución y adaptaciones al clima frío. Los neandertales son los parientes más cercanos del Homo sapiens, con quienes compartieron algunas áreas y con los que también se cruzaron.
Descubrimiento
El descubrimiento de los neandertales es uno de los eventos más significativos en la historia de la paleoantropología, ya que marcó el primer reconocimiento de una especie humana distinta de la nuestra. En 1856, en el valle de Neander (Neanderthal en alemán), cerca de Düsseldorf, Alemania, se descubrieron los primeros restos fósiles de un neandertal. Los trabajadores de una cantera encontraron un cráneo parcial, junto con varios huesos largos, en una cueva conocida como Feldhofer Grotte.
Los restos fueron enviados a Johann Carl Fuhlrott, un profesor local, quien reconoció que estos huesos no pertenecían a un humano moderno. Fuhlrott se asoció con Hermann Schaaffhausen, un anatomista, para estudiar los fósiles. En 1857, Schaaffhausen presentó los hallazgos a la Sociedad de Historia Natural de la región del Rin, sugiriendo que representaban una forma humana antigua. Inicialmente, los restos fueron objeto de un intenso debate. Algunos científicos, como Rudolf Virchow, un prominente patólogo, argumentaron que los huesos pertenecían a un humano moderno deformado por enfermedades. Otros, sin embargo, apoyaron la idea de que los restos representaban una especie distinta y antigua de humano.
A medida que se encontraron más fósiles en Europa, incluyendo en sitios como Spy en Bélgica (1886) y La Chapelle-aux-Saints en Francia (1908), la evidencia a favor de los neandertales como una especie distinta se fortaleció. Los estudios posteriores confirmaron que eran diferentes de los humanos modernos tanto en anatomía como en ciertos aspectos de su cultura y comportamiento.
El descubrimiento de los neandertales cambió nuestra comprensión de la evolución humana. Reveló que había una diversidad de formas humanas coexistiendo en el pasado y abrió nuevas líneas de investigación sobre cómo y por qué se extinguieron y cuál fue su relación con los humanos modernos.
Cronología
La cronología de los neandertales, Homo neanderthalensis, abarca un período significativo de la prehistoria, desde su origen hasta su desaparición.
- Origen (hace aproximadamente 400,000 años). Los neandertales surgieron a partir de poblaciones arcaicas de Homo heidelbergensis en Europa y Asia occidental. Los primeros indicios en el registro fósil datan de hace unos 400,000 años.
- Evolución y Desarrollo (hace 400,000 a 130,000 años). Durante este período se adaptaron a las condiciones climáticas de Europa y Asia occidental, desarrollando una anatomía robusta y herramientas líticas más sofisticadas. Se conocen restos fósiles de esta época en sitios como Sima de los Huesos en España.
- Período Clásico (hace 130,000 a 40,000 años). Esta es la fase más conocida de la existencia de los neandertales. Durante este tiempo, desarrollaron la cultura Musteriense, caracterizada por una tecnología de herramientas líticas avanzada. Ocuparon una amplia gama de hábitats, desde regiones frías hasta más templadas. Sitios importantes incluyen La Chapelle-aux-Saints en Francia y Shanidar en Irak.
- Interacción con Homo sapiens (hace aproximadamente 45,000 a 40,000 años). Los neandertales coexistieron y se encontraron con los humanos modernos, Homo sapiens, que comenzaron a llegar a Europa desde África. Hay evidencia de intercambio cultural y genético entre las dos especies. Restos fósiles y artefactos en sitios como Vindija en Croacia y St. Césaire en Francia apoyan estas interacciones.
- Extinción (hace aproximadamente 40,000 años). Se extinguieron hace unos 40,000 años. Las causas de su desaparición aún son objeto de debate y probablemente incluyen una combinación de factores como cambios climáticos, competencia con Homo sapiens y posibles enfermedades. El último refugio conocido de los neandertales se encuentra en la región de Gibraltar, en sitios como la Cueva de Gorham.
Características físicas de los neandertales
Los neandertales, Homo neanderthalensis, presentan una serie de características físicas distintivas que los diferencian de los humanos modernos, Homo sapiens, y reflejan sus adaptaciones a los ambientes fríos y su estilo de vida.
- El cráneo es más grande y alargado en comparación con el de los humanos modernos. Tienen una capacidad craneal promedio de aproximadamente 1,450 cm³, lo que está dentro del rango superior de la variación humana moderna. La frente es baja y el hueso supraorbital (arco superciliar) es prominente y robusto.
- La cara es grande y proyectada (prognatismo mediofacial), con un amplio espacio nasal, lo que probablemente ayudaba a calentar y humidificar el aire frío. La región de las mejillas es robusta, y la mandíbula carece de mentón, una característica distintiva en comparación con los humanos modernos.
- Los dientes son grandes y robustos, con molares y premolares que muestran signos de desgaste por el uso intensivo, posiblemente debido a una dieta que incluía alimentos duros y fibrosos. También se ha encontrado evidencia de uso de los dientes como herramientas.
- Tenían una constitución corporal robusta y musculosa, con extremidades cortas y fuertes. Esto les proporcionaba una ventaja en la conservación del calor en climas fríos. La caja torácica era amplia y el tronco era más corto y robusto, lo que les confería una mayor capacidad pulmonar.
- Los huesos eran densos y fuertes, con articulaciones grandes que soportaban una musculatura poderosa. Las manos y pies eran cortos y anchos, con dedos robustos que indicaban una gran destreza manual.
- Eran generalmente más bajos que los humanos modernos, con una estatura promedio de alrededor de 1.60 metros para los hombres y un poco menos para las mujeres. Su peso oscilaba entre 65 y 80 kilogramos, dependiendo de su sexo y constitución.
Herramientas
Los neandertales, Homo neanderthalensis, son conocidos por sus avanzadas habilidades en la fabricación de herramientas, especialmente durante el período Musteriense, que es una industria lítica asociada principalmente con ellos. Estas herramientas reflejan una gran capacidad técnica y adaptabilidad a diversos entornos.
La mayoría de las herramientas neandertales pertenecen a la industria Musteriense, que se desarrolló hace aproximadamente entre 160,000 y 40,000 años. Esta industria se caracteriza por la técnica Levallois, una sofisticada metodología de talla lítica que producía lascas preformadas con formas controladas. La técnica Levallois implica preparar un núcleo de piedra para obtener una lasca de tamaño y forma predefinidos. Esta técnica muestra una planificación avanzada y una comprensión detallada de la fractura de la piedra. Permitía a los neandertales crear herramientas con bordes afilados y funcionales, como:
- Raspadores: utilizados para trabajar pieles y madera, los raspadores eran esenciales para preparar alimentos y fabricar ropa.
- Puntas de lanza: estas herramientas eran probablemente utilizadas en la caza, ya sea como puntas de proyectiles arrojados o como lanzas de empuje.
- Cuchillos y hojas: utilizados para cortar y procesar alimentos, estas herramientas muestran un filo afilado y versátil.
- Perforadores: herramientas con puntas finas, utilizadas para perforar materiales como cuero o madera.
Los neandertales usaban una variedad de materiales líticos disponibles localmente, como el sílex, el cuarzo y la cuarcita. Estos materiales eran seleccionados por su capacidad para ser tallados y por su durabilidad. Existe evidencia de que también fabricaban herramientas compuestas, combinando piedra con otros materiales como madera o hueso, lo que sugiere un alto nivel de habilidad y conocimiento técnico. También usaban el fuego no solo para cocinar y calentarse, sino también potencialmente para endurecer las puntas de sus lanzas de madera, lo que aumentaba su eficacia en la caza.
Alimentación
La alimentación del neandertal era diversa y adaptada a su entorno, reflejando una dieta omnívora que incluía tanto recursos animales como vegetales. La evidencia obtenida de restos fósiles, herramientas de caza, estudios isotópicos y análisis de residuos en dientes y huesos proporciona una visión detallada de sus hábitos alimenticios.
Eran hábiles cazadores y consumían una variedad de animales grandes y medianos. Entre las presas comunes se encuentran mamuts, rinocerontes lanudos, bisontes, ciervos y caballos. Utilizaban herramientas líticas avanzadas y técnicas de caza cooperativa para derribar estos animales, y se sabe que utilizaban lanzas y armas arrojadizas.
La evidencia isotópica de los huesos neandertales muestra una alta proporción de proteínas animales, lo que sugiere que la carne era un componente significativo de su dieta. Sin embargo, también se ha encontrado evidencia de consumo de mariscos y peces en algunos sitios costeros, lo que muestra una capacidad para explotar una amplia gama de recursos. Además, también incluían en su dieta productos vegetales. Se han encontrado residuos de plantas en herramientas líticas y en el cálculo dental, lo que sugiere que consumían frutas, nueces, semillas, tubérculos y hojas. Esto indica una dieta equilibrada y variada, adaptada a la disponibilidad estacional de recursos.
Los neandertales también sabían usar el fuego para cocinar, lo que no solo mejoraba el sabor y la digestibilidad de los alimentos, sino que también les permitía consumir una mayor variedad de plantas y carne. La cocina al fuego habría sido especialmente importante para descomponer alimentos difíciles de digerir, como ciertos vegetales y carne fibrosa.
Hábitat
Los neandertales, Homo neanderthalensis, habitaron una amplia variedad de entornos en Europa y Asia occidental durante el Pleistoceno, hace aproximadamente entre 400,000 y 40,000 años. Su capacidad de adaptación a diferentes climas y ecosistemas es evidente en la diversidad de sitios arqueológicos en los que se han encontrado sus restos y herramientas.
Los neandertales vivían en regiones que variaban desde los fríos climas glaciares del norte de Europa hasta las áreas más templadas del sur de Europa y el suroeste de Asia. Preferían zonas con acceso a recursos naturales abundantes, como agua, animales para cazar y materiales para fabricar herramientas. Los sitios arqueológicos a menudo se encuentran cerca de ríos, lagos y otras fuentes de agua, lo que les proporcionaba recursos esenciales y rutas de migración de animales.
En cuanto a sus refugios, los neandertales ocupaban una variedad de viviendas naturales y construidas. Utilizaban cuevas y abrigos rocosos como refugio, que les ofrecían protección contra los elementos y depredadores. Algunos sitios famosos incluyen la Cueva de Shanidar en Irak y la Cueva de Spy en Bélgica. En áreas donde las cuevas no estaban disponibles, los neandertales construían estructuras al aire libre, probablemente utilizando materiales como madera, pieles de animales y ramas.
Además, demostraban una capacidad notable para adaptarse a cambios climáticos y ambientales. Durante las glaciaciones, se desplazaban hacia el sur, buscando refugios más cálidos, mientras que en períodos interglaciares más cálidos se expandían hacia el norte y ocupaban territorios más amplios.
La interacción entre los neandertales y el Homo Sapiens
La interacción entre los neandertales (Homo neanderthalensis) y los humanos modernos (Homo sapiens) es un tema fascinante y complejo que ha sido objeto de intensos estudios en paleoantropología. Estas dos especies se encontraron durante un período que abarca aproximadamente entre 45,000 y 40,000 años atrás, en regiones de Europa y el suroeste de Asia. La evidencia de estas interacciones proviene de registros fósiles, análisis genéticos y estudios arqueológicos.
Uno de los aspectos más significativos de la interacción entre neandertales y Homo sapiens es el intercambio genético. Los estudios de ADN han demostrado que los humanos modernos no africanos poseen entre un 1% y un 2% de ADN neandertal. Esto indica que hubo mestizaje entre ambas especies, probablemente durante el tiempo en que coexistieron en las mismas regiones. Este flujo genético ha dejado una huella duradera en el genoma de los humanos modernos, afectando incluso algunos aspectos de la biología y salud humana contemporánea.
Culturalmente, también hay evidencia de intercambio entre neandertales y Homo sapiens. Se han encontrado herramientas y artefactos que sugieren una influencia mutua en las tecnologías de fabricación de herramientas líticas. Por ejemplo, la industria Châtelperroniense, asociada con los neandertales en Europa, muestra características que podrían haber sido influenciadas por las tecnologías de los Homo sapiens. Además, los neandertales y Homo sapiens compartían prácticas similares en cuanto a la caza y la recolección, y posiblemente incluso en el arte y las prácticas rituales.
La coexistencia de neandertales y Homo sapiens también plantea preguntas sobre la competencia y la interacción directa. Los neandertales eran adaptados a climas fríos y a la caza de grandes mamíferos, mientras que los Homo sapiens demostraban una mayor versatilidad en su dieta y tecnología. Esta versatilidad podría haberles dado una ventaja competitiva en términos de supervivencia y expansión territorial.
Finalmente, la desaparición de los neandertales hace aproximadamente 40,000 años coincide con la expansión de los Homo sapiens en Europa. Las causas exactas de la extinción de los neandertales siguen siendo objeto de debate, pero es probable que una combinación de factores como la competencia con los Homo sapiens, el cambio climático y enfermedades hayan contribuido a su desaparición.
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