Numa Pompilio fue el segundo rey de Roma, durante los años 715 aC – 674 aC. Su predecesor en el trono fue Rómulo, el legendario fundador de Roma. A Numa Pompilio se le atribuye la creación de varias instituciones notables como el templo de Jano.
Biografía del segundo rey de Roma
Numa Pompilio nació el mismo día de la fundación de Roma, el 21 de abril del año 753 a.C. Unos 37 años después, Rómulo desapareció en una tormenta. Se sospechó que los patricios (la nobleza romana) lo habían asesinado, hasta que Julio Próculo informó al pueblo de que había tenido una visión de Rómulo, que decía que había sido llevado a reunirse con los dioses y que debía ser adorado con el nombre de Quirino.
Ascenso al poder
Tras la muerte de Rómulo había un gran malestar entre los romanos originales y los sabinos, que se habían unido a ellos tras la fundación de la ciudad, a causa de la elección del sigiuente rey. Finalmente se elegió a Numa Pompilio.
Numa ni siquiera vivía en Roma, residía en una ciudad cercana llamada Cures. Era el yerno de Tito Tacio, un sabino que había gobernado Roma como rey junto a Rómulo durante un periodo de cinco años. Tras la muerte de la esposa de Numa, éste se había convertido en una especie de recluso y se creía que había sido tomado por una ninfa o espíritu de la naturaleza como amante.
Cuando llegó la delegación de Roma, Numa rechazó en un primer momento el cargo de rey, pero más tarde algunos habitantes de Cures le convencieron de que lo aceptara. Argumentaban que si se les dejaba solos, los romanos seguirían siendo tan belicosos como lo habían sido bajo Rómulo y que sería mejor que los romanos tuvieran un rey más pacífico que pudiera moderar su belicosidad o, si eso resultaba imposible, al menos dirigirla lejos de Cures y de las demás comunidades sabinas.
El reinado de Numa Pompilio
Tras aceptar el cargo, Numa partió hacia Roma, donde su elección como rey fue confirmada por el pueblo. Sin embargo, antes de aceptar finalmente, insistió en observar el cielo en busca de una señal en el vuelo de los pájaros que indicara que su reinado sería aceptable para los dioses.
Para lograr su objetivo de hacer que los romanos fueran menos bélicos desvió la atención del pueblo hacia espectáculos religiosos, como procesiones o sacrificios. A Numa se le considera como el fundador de la religión romana. Instituyó sacerdotes de Marte, de Júpiter y de Rómulo bajo su nombre celestial de Quirino. También añadió otras órdenes sacerdotales:
- Los pontífices eran responsables de los sacrificios públicos y de los funerales.
- Los saliares eran responsables de la seguridad de un escudo que supuestamente había caído del cielo. Cada año los salii paseaban el escudo bailando con armaduras por la ciudad.
- Los feciales eran pacificadores. Hasta que no estuvieran de acuerdo en que se trataba de una guerra justa, no se podía declarar ninguna guerra.
- Las vestales, o vírgenes vestales, cuyo principal deber era mantener la llama sagrada encendida y preparar la mezcla de grano y sal que se utilizaba en los sacrificios públicos. Originalmente, Numa instituyó dos vestales, pero más tarde aumentó el número a cuatro.
Numa edificó el templo de Jano, que contaba con la peculiaridad de mostrar la situación bélica que vivía Roma. Sus puertas se dejaban abiertas en tiempos de guerra y permanecían cerradas durante las épocas de paz. Durante los 43 años de reinado de Numa Pompilio las puertas de este templo se mantuvieron cerradas, todo un récord para la ciudad de Roma.
Aportaciones de Numa Pompilio a Roma
Además de establecer la bases de la religión romana, a Numa Pompilio también se le conoce por realizar importantes reformas en otros ámbitos:
- Reforma del calendario. Numa modificó el primer calendario que se había creado en la época de Rómulo para ajustarlo mejor a la realidad. Añadió dos meses al calendario (enero y febrero) e hizo de enero el primer mes del año.
- Creación de gremios. Los habitantes romanos seguía considerándose en primer lugar como romanos originales o sabinos, más que como ciudadanos de Roma. Para superar esta división Numa organizó al pueblo en gremios basados en las ocupaciones de sus miembros, como alfareros, carpinteros o zapateros.
- Reforma agrícola. Numa distribuyó las tierras conquistadas por Rómulo entre los ciudadanos pobres, con la esperanza de que un modo de vida agrícola hiciera a los romanos más pacíficos. Él mismo inspeccionaba las granjas, promoviendo a aquellos cuyas granjas parecían bien cuidadas y amonestando a aquellos cuyas granjas mostraban signos de pereza.
Legado histórico
Gran parte de la historia de la vida de Numa es pura leyenda. Sí que parece probable que hubo un periodo monárquico en la Roma primitiva, en la que estuvo gobernada por reyes de diferente procedencias: romanos, sabinos y etruscos.
Uno de los reyes pudo ser un sabino llamado Numa Pompilio, pero no está nada claro de que instituyera tantos aspectos de la religión y del calendario romanos o de que su reinado fuera una edad de oro completamente pacífica, libre de luchas y guerras. Pero que los romanos creyeran que fue así es un hecho histórico. La historia de Numa formaba parte del mito fundacional de Roma.